Presente y futuro de Andalucía
La historia es una forma de conocimiento fundamental para todos. Es fundamental para las comunidades dominadoras y para las dominadas, para los grupos influyentes, mayoritarios y minoritarios. Pero sin duda, es necesario dejar claro, que la historia de Andalucía para los andaluces no debe ser la misma que la que los castellanos o catalanes cuentan, o intentan hacernos creer. En esta página gueb veréis que hablamos mucho de historia, porque creemos que la historia está ligada a nuestra identidad. La historia es para la cultura, lo que la memoria es para la mente.
Decía mi profesor de historia que ésta es una ciencia que estudia el pasado con vistas al futuro. Y otras gentes dicen que el presente no es más que una consecuencia de los hechos históricos.
En este artículo, quisiera focalizar la atención sobre el presente y el futuro de Andalucía. El motivo es que no tiene sentido hablar sobre historia sin preocuparse del presente y del futuro, ya que a fin de cuentas, vivimos en el presente, y vivimos preparándonos o intentando adelantarnos al futuro.
El presente y futuro de Andalucía está ligado a Europa y a los fenómenos de globalización modernos. Desde aquí lanzo la idea de que en el momento presente, los cambios que están sucediendo en los inicios del siglo XXI hacen necesario un cambio radical para Andalucía. Nuestra actitud debería ser la aceptación de que la marcha histórica reciente está ligada al cambio, a la fusión, a la negociación y a la diversidad. Ya no se puede hablar de nuestra época como la misma del siglo XX. Nuestra era y signo ha cambiado. Estamos entrando en la era de las comunicaciones, la era en la que las fronteras están desapareciendo, el momento de la historia en el que las bibliotecas ya no son los centros del conocimiento, y donde la gente ya no piensa en un solo idioma. Esto está pasando ahora y va a marcar el futuro de Andalucía. Yo me pregunto, si el ciudadano andaluz es consciente de esto y si ese ciudadano se está preparando para el futuro.
Resulta asombroso ver cómo España defiende un modelo de subsidios en Europa (es como si España fuera un pensionista, que sólo se preocupara de conseguir medicinas y autobus gratis) y cómo el Presidente del Gobierno Andaluz sigue la misma estrategia. Andalucía ya no puede seguir viviendo de subsidios, ni puede seguir manteniendo esa estampa de país sin ley, donde la gente no paga impuestos y vive de la economía sumergida, sólo hay lugar para el dinero fácil, y no para la inversión masiva en áreas industriales y técnológicas, y donde ante la indignación de muchos Farruquito va matando a todo el que le da la gana, porque dice pertenecer a una sarta de bandoleros llamada “gitanos”. Si esto continúa así, Andalucía se convertirá en las Tres Mil Viviendas de Europa. Habría que poner entre rejas a todo aquél que es un asesino, pero también a todo aquél que intenta dividir a la sociedad andaluza entre “gitanos” y “gilipollas” (que es la traducción de payo). Porque señores los payos son los catalanes (payeses). En Andalucía solo hay andaluces, ya sean estos unos chorizos, sinvergüenzas o asesinos, o solo sean ciudadanos honrados. Pero nadie tiene derecho a escudarse en el título de gitano para ir asesinando a los demás con toda impunidad. Si yo me considerara gitano, desde luego preferiría que me llamaran otra cosa, teniendo como igual a semejante hijo de puta llamado Farruquito. Si esos son los gitanos, que se vayan de Andalucía. Que estamos hasta los cojones de Guardia Civil y de gitanos ya, hombre. Si Andalucía quiere ser moderna tiene que abolir la patraña esta de los gitanos de una vez por todas.
Las gentes del campo siguen aferradas a un mundo que desaparece sin remedio, y se niegan a educarse y adaptarse al mundo de la tecnología y de los servicios. El gobierno andaluz, sin autoridad ni planificación no promueve el cambio educacional y de mentalidad en el área rural. Más bien al contrario, deja que otros exploten los escasos recursos (Boliden, empresas hoteleras y vinícolas extranjeras), y expolien nuestros yacimientos de capital y trabajo. A pesar de saberse que las economías locales pueden servir de contrapeso a los planes macroeconómicos, no se invierte en plantas de manufactura locales para que al menos si hay que importar un producto, aunque sea el envoltorio o el montaje, que se haga en nuestra tierra. Todas las iniciativas políticas se reducen a la recolección de votos y carecen de visión de futuro. Por ejemplo, tradicionalmente conocemos los miopes Talleres rurales que durante años han ido formando a gente en dos o tres oficios, han llenado el pueblo y sus aledaños con albañiles y carpinteros y otra vez nadie ha podido encontrar trabajo, porque todo el mundo hace lo mismo. Todo este ensimismamiento y autismo ha traído la era de las franquicias, donde las decisiones se toman en las centrales de las empresas, que están fuera de Andalucía, y que no ven a Andalucía sino como un campo de explotación intensiva que tarde o temprano se va a agotar, y se van a ir con el tenderete a otro lado. Tenemos claros casos en Gillette, Suzuki, etc. Parece mentira que lo que fue llamado el granero de Roma, tenga que importar hipermercados franceses o españoles, porque no hay dinero andaluz para desarrollar nuestros hipermercados.
Finalmente aquellos andaluces de origen rural que tienen el coraje de formarse, no tienen la oportunidad de crear empresas locales debido al exceso de burocracia y de la falta de estudios sobre economía local que orienten a estos potenciales empresarios. Por ello, al final se marchan a la ciudad y las zonas rurales se despojan de sus más aventajados hijos. Por otro lado, también se sabe de la falta de confianza de la propia gente local en las iniciativas de sus vecinos. Tendrá que venir alguien de fuera para que demuestre que en la Sierra de Huelva hay un potencial de industria y servicios increíble y que la Sierra se podría convertir en un centro atractor de negocios singular.
Las gentes de la ciudad, viven en la vorágine del egoísmo, sólo teniendo tiempo para procurarse uno su propio trabajo y sufrir interminables cursos de formación que no sirven para nada, y aunque están mucho más formados que aquellos que viven en el campo acaban cediendo y trabajando por poco dinero, en puestos para los que están sobrecualificados, y que carecen de estabilidad. La precariedad laboral es el marchamo del trabajo en la ciudad. Qué decir de inversiones, especulación, tráfico de influencias, mafia marbellí y demás corrupción a la que estamos acostumbrados ya. El ciudadano andaluz, el de las grandes ciudades, tiene que a la larga volver a emigrar. Porque no hay posibilidad de crecimiento, no hay retos. Todo está atado y bien atado en las ciudades andaluzas. Por tanto el andaluz urbano se marcha a España o a Cataluña o quizás a Londres, Nueva York o París. Este es el presente de Andalucía. Cuál es el futuro del andaluz?. Quizás es andaluz del futuro sea un inglés o alemán que pasará seis meses al año en Andalucía para descansar y pasar el resto del año haciendo negocios en otro sitio.
En cuanto a la política, el único partido nacionalista andaluz, que ha tenido la suerte de llegar a oídos de todos los andaluces, se ha aliado en varias ocasiones con el PSOE, produciendo un desastroso resultado desde el punto de vista de los votos y de su identidad como partido nacionalista. Para el andaluz medio el Partido Andalucista es un partido de corruptos, de vendidos, que lo único que miran es por sus propios familiares y amigos para poder enchufarse en algún sillón de poder. La oportunidad única que hemos tenido en la historia reciente, de ganar adeptos para el nacionalismo andaluz, se ha tirado por tierra, debido a la ambición miope de unos cuantos que han preferido aliarse con el gigante, y han conseguido eliminar toda la fuerza que tiene un partido minoritario independiente, que esté dando caña y aportando ideas constantemente. La alianza con el poder habrá producido algunos consejeros andalucistas, pero no ha producido ningún cambio estructural en Andalucía. En suma el PA se ha convertido en un partido mudo, un partido colaborador, sin identidad, y sin dignidad. Las reformas internas que están ocurriendo en el PA parecen prometedoras. Parece necesario limpiar el PA de viejas glorias y de parásitos que no aportan nada. El desgaste del PA puede acabar generando un nuevo partido, que haya aprendido la lección o bien en simplemente aniquilar el andalucismo de una vez por todas.
Por último, una referencia a Gibraltar. Siempre que pienso en Gibraltar me acuerdo del fantástico ejército español que tenemos y de esos Reyes modernos que tienen los españoles y que tanto defienden a España. Esa Gibraltar último símbolo de esa España inexistente. Yo digo una cosa. Si Andalucía es España, porqué cojones está Gibraltar en Andalucía?. Porqué no está Gibraltar allí en Madrid con su puta madre, o en el Ferrol del Caudillo?. Pues por algo será no?. Porqué nos toca siempre a nosotros toda la mierda?. Y lo peor de todo no es Gibraltar, lo peor son los gibraltareños. Mafiosos y traidores. Vendidos y confusos. Si existe un infierno, los gitanos, la Guardia Civil y los gibraltareños estarán allí todos juntos. Gibraltar representa el verdadero poder que funciona en Andalucía, el poder de los invisibles, los que toman las decisiones y que nunca veremos. Gibraltar ha sido la cabeza de puente de la destrucción de Andalucía en la época moderna. Ahora lo es Torremolinos y Marbella. Otra posible predicción de futuro sería que Andalucía sería una especie de Las Vegas o Chicago pero a lo grande. La Habana de Europa, el puticlub de Occidente, donde los marines británicos y yankis se sienten a sus anchas en las playas, y los gitanos y la Guardia Civil reviven en el interior de Andalucía la eterna y descarnada batalla para destruir al honrado y pobre ciudadano andaluz.
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