1977
Un anhelo surcaba las mentes de los andaluces. Andalucía necesitaba la Autonomía para volar en libertad
Cerca de dos millones de andaluces se manifestaron el 4 de diciembre "Día de Andalucía" para exigir la Autonomía. Quinientos mil manifestantes en Sevilla, alrededor de ciento cincuenta mil en Málaga, cien mil en Granada, ochenta mil en Huelva y en Córdoba, setenta mil en Cádiz, setenta mil en Jaén, diez mil en Almería, Ronda, Campo de Gibraltar y en Antequera y más de un cuarto de millón en Barcelona, emigrantes de la novena provincia.
Todos ellos, con cientos de miles de banderas verdes, blancas y verdes. Con exigencias concretas que reniegan del paro y piden trabajo. En contra de las evasiones del capital andaluz que se invierte en otras zonas del Estado; en contra de todos los abusos municipales
Casi dos millones de andaluces que llenaron con sus gritos y consignas la calles del país andaluz demostrando que Andalucía ya ha despertado y que han sido los hombres y las mujeres del pueblo quien ha contribuido a esta toma de conciencia popular en pro de una autonomía auténtica, que no una descentralización administrativa.
la bandera de Blas Infante, salió ese día a la calle de manos de unos niños.
En la cabecera la de manifestación de Sevilla estuvieron los representantes de todos los partidos andaluces, entre ellos Alfonso Guerra que habló en nombre de la Asamblea de parlamentarios, primero en castellano y -ante las protestas de los presentes- tuvo que seguir en andaluz.
Una Autonomía con un claro contenido social
La esperanza de la Autonomía era la esperanza de resolver los seculares problemas de Andalucía. El paro, la reforma agraria, las infraestructuras.... eran reivindicaciones que se repetían en las distintas manifestaciones.
En Cataluña también salieron a la calle -convocados por las asociaciones andaluzas- cerca de trescientos mil manifestantes que, desde la Plaza Cataluña, llenaron las Ramblas y la Plaza de San Jaime. Los organizadores convocaron como Día Nacional del País Andaluz.
En Cataluña también salieron a la calle -convocados por las asociaciones andaluzas- cerca de trescientos mil manifestantes que, desde la Plaza Cataluña, llenaron las Ramblas y la Plaza de San Jaime. Los organizadores convocaron como Día Nacional del País Andaluz.
La manifestación de Málaga ya venía precedida de negros presagios. Pocos días antes, el presidente de la Diputación había declarado que la bandera andaluza no ondearía en el balcón de la Institución a pesar de que el pleno lo había aprobado. Al pasar la manifestación por delante de la Diputación, un joven escaló hasta el balcón para poner una bandera andaluza en el mástil. Poco después, la policía cargó. Botes de humo, balas de goma... y ¡disparos!
Una bala atravesó la cazadora del joven José Manuel García Caparrós. El lugar donde cayó, sen convirtió en un "altar" improvisado por donde pasaron miles de malagueños, hasta que fue destrozado Durante varios días, el pueblo se echó a la calle en protesta por la represión policial.
COMPAÑERO
Quiero dejar escrita mi palabra
aquí, junto a tu muerte.
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Sin saber quien eres,
mi pena va por ti. Va hasta tu frente,
por haber hecho ofrenda de tu vida
a este Pueblo Andaluz tan oprimido.
No, yo no quiero que quedes olvidado,
ni que tu sangre joven
se vaya hasta los ríos del olvido,
sino dejar en mi verso una amapola.
Yo quiero que tu sangre la recuerden,
la siga recordando nuestro pueblo
como una ofrenda, a todos los vientos,
que proclaman libertades.
Mi dolor está en ti y está contigo,
porque estás en mi grito y en mi sendero.
Cristóbal Benítez, Cornellá, 4-12-77
A los pocos momentos de oir, como un desgarro, la noticia de tu muerte.
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